Víctima del deseo

Y no deja de pensar en ello, gusta de hacerlo. Probablemente es de esta manera, puesto que no sucedió. Pero es mejor así, pues empezabas a romper el silencio y con este quebrantar restabas magia a tan maravilloso momento.
Por qué tenía que suceder?, por qué si todo era como en un cuento de princesas y hadas -al menos en su mente-.
Ya nada es lo mismo... Segunda oportunidad?, claro, pero esperará a que la magia regrese, sin ella ese mundo de Alicia no existirá...

La primera vez

Estas prendas llevan impregnadas tu recuerdo, los acercamientos de esa noche y las caricias robadas que le hiciste. Sí, definitivamente las cosas no planeadas resultan mejores. Ahora ya sabe que puede, ahora sabe que lo hizo.
Cada uno tomó rumbos distintos luego de la inefable despedida, pero esas ganas de poseer el cuerpo aquel que minutos antes lo había recorrido, estaban latentes.
Ahora te ve distinta, no eres más su amiga, eres el deseo en el que piensa el día de hoy... y mañana... quién sabe.

Sólo vino hacia la mente

Eso fue sin querer, no pretendió someterse nuevamente a aquellos pensamientos (que desde ya eran distantes). Pero le resultó grato leerlos otra vez, se sintió sosegado (como en otrora); sin embargo, como la historia misma... lo anterior fue efímero. Se preguntó por qué sucedieron así las cosas, él sí estaba dispuesto. En fin, ahora más tranquilo, ya no le afecta tanto. Sabe que -quizá- le hizo un favor, que estuvo ahí cuando ella necesitó de una palabra, una sonrisa, un abrazo... de un apoyo moral. Después de todo resuelvió que sí merecía esa denominación... O no?, angelito?

Ka de Ca Ba

Los historiadores -dicen- consideran que es mejor estudiar (o más preciso, osar a exponer sobre el tema) una coyuntura (o estructura) cuando ha trasncurido lo prudente, ya que -aseguran- se está más libre de sentimientos, probablemente las heridas han cerrado, si no por completo, al menos en su mayoría. El comentario o crítica desde un punto de vista histórico hacia un hecho, acaso perpetración, puede desbordar el sentir de las gentes involucradas. ¿Qué tan similar puede ser lo anterior con "tu" experiencia personal?...

Agosto de 2004. El amor por la sabiduría era el único motivo por el que permanecía en este suelo de dos colores . Treinta y siete meses (y mucho más) han dejado su marca en el tiempo y con ello un conglomerado de sentimientos, experiencias, personas y entes extraños. Todo ello -incluído aquel día que difícilmente se olvidará- ha pintado este lapso del mismo color: imaginación, temor y esperanza. Ahora sólo me encuentro encerrado en mis ganas de sentir, quizá porque es lo que me hace mejor, o tal vez ese ingente pensamiento me empuja hacia este rincón agradable que me cobija con suma amabilidad. No me arrepiento de haber decidido, pues las vivencias posteriores se constituyeron como recuerdos y yo... soy un coleccionista de éstos. Tal vez la mejor elección no fue, pero se hizo, ¿incorrectamente?, quién sabe... No puedo aceptarlo, no puedo rechazarlo... Y es que mi condicón de animal racional, inhibe mis ansias de hacer a un lado los sentidos: por ahora me es difícil razonar.

Por momentos

Hay situaciones en las que una decisión que en su momento parece sólida, culmina su ciclo efímero y cede terreno a una duda antagónica. Nos preguntamos, entonces, por qué no podemos ser tenaces y creer en aquello que optamos. Una posible respuesta surge desde una parte nuestra a la que hemos desterrado por no obedecer a la razón. ¿Por qué lo haces, si no es lo que realmente quieres?, ¿por qué perseguir la ruta que según tú es la única y, de esta manera, desbaratar una historia que (quién sabe) no debe concluir aún?.

Las respuestas se conocerán tiempo después... Una a una, poco a poco, hasta que la angustia te consuma... hasta que te olvides de ello... o ambas. Hasta entonces:

Por momentos pienso que sería mejor dejarlo todo al único capaz de alcanzar la sophia, otros imploro para que su voluntad sea la que yo quiero y, así, sentir que estaremos juntos. Por momentos quiero hacer algo, y más, por lograr que seas tú, con tu mirada, la que ilumine mi recorrido, sobre todo en las partes más sombrías y escabrosas, otros dejo que me colmen los comentarios a desfavor y permanezco quieto, soliloquiado, sin hacer nada. Por momentos te veo como una realidad, otros como un sueño... Sueño que ya empieza a culminar...